La hipoplasia cerebelosa es una enfermedad neurológica rara que puede afectar a los animales, especialmente a las especies domésticas (perros y gatos). Las causas de la enfermedad son congénitas -es decir, el paciente nace con la afección- y una de las primeras evidencias de que un gato tiene una discapacidad es la falta de equilibrio en los primeros meses. Pero, ¿es grave la hipoplasia? ¿Cómo es convivir con un felino que padece la enfermedad?

Aunque los casos son raros, encontramos una gatita a la que diagnosticaron hipoplasia cerebelosa y que ha estado recibiendo todos los cuidados necesarios por parte de la familia: Nala (@nalaequilibrista ). Para entender mejor cómo se manifiesta la patología y cómo funciona la rutina de un gato sin equilibrio, hemos preparado un artículo especial sobre el tema.

Hipoplasia cerebelosa en gatos: ¿qué es y cómo afecta a los animales?

La hipoplasia cerebelosa -también llamada hipoplasia cerebral- es una enfermedad caracterizada por la malformación congénita del cerebelo. Este órgano, situado entre el cerebro y el tronco encefálico, es responsable de la coordinación de los movimientos y el equilibrio de los felinos. Es decir, en la práctica, se trata de una enfermedad que deja al gato sin equilibrio y sin coordinación motora.

Los principales síntomas de la enfermedad son:

• Movimientos descoordinados
• Dificultad para ponerse a cuatro patas
• Saltos exagerados pero inexactos
• Temblores de la cabeza
• Cambios frecuentes de postura

Las causas del problema suelen estar asociadas al virus de la panleucopenia felina, que se transmite de la madre al feto durante la gestación. En la hipoplasia cerebelosa, los gatos suelen manifestar la enfermedad a una edad temprana.

La historia de Nala: sospecha y diagnóstico de la enfermedad

No sólo el nombre de la gata, Nala, en referencia al personaje de El Rey León, demuestra su fuerza de voluntad para sobrevivir. La gatita de Laura Cruz fue rescatada de la calle con unos 15 días de vida, junto con su madre y sus tres hermanos. "En mi primer contacto con ella ya pude notar que había algo diferente, porque tenía menos firmeza que sus hermanos y movía mucho la cabeza", cuenta Laura Cruz.A pesar de la sospecha inicial, sólo después de los primeros pasos todo se aclaró: "Cuando los hermanos empezaron a dar sus primeros pasos, se hizo evidente que algo iba mal, porque ella no podía andar sin caerse de lado y le temblaban demasiado las piernas".

Tras darse cuenta de que la gata estaba desequilibrada y tenía temblores en las patas, el tutor decidió llevar a Nala a un neurólogo, donde se le hicieron pruebas neurológicas y se inició un tratamiento con corticosteroides para ver si mejoraba. "El médico ya nos había comentado que podía ser algo relacionado con el cerebelo, pero teníamos que hacer el tratamiento durante unas semanas para estar seguros.No hubo ningún cambio con el uso del medicamento y cuando volvimos al neurólogo, volvió a hacer las pruebas y confirmó que se trataba de una hipoplasia cerebelosa."

El diagnóstico llegó cuando Nala tenía dos meses y medio. Tras descubrir que la gatita no tenía los mismos movimientos que otros animales, Laura decidió adoptarla definitivamente. "Ahora estamos organizando que le hagan una resonancia magnética para conocer mejor la gravedad de su hipoplasia cerebelosa".

¿Cómo es la vida cotidiana de un gatito con hipoplasia cerebelosa?

Un gato con hipoplasia cerebral necesita mayores cuidados y atenciones, pero puede vivir con normalidad dentro de sus limitaciones y con algunas modificaciones. En el caso de Nala, por ejemplo, la tutora cuenta que una de las mayores preocupaciones de la familia es que es una gata sin equilibrio y que no puede mantenerse erguida, con las cuatro patas apoyadas en el suelo. "Se desplaza lanzándose de un lado a otro y dandoEsto hace que se golpee la cabeza a menudo, así que tuvimos que hacer algunas adaptaciones, como poner esas colchonetas de espuma en los lugares donde más se sienta."

Otra cuestión es que, a diferencia de otros felinos, la gata con hipoplasia cerebelosa no puede utilizar la caja de arena porque no tiene equilibrio para hacer las necesidades. "Utiliza alfombrillas higiénicas, hace las necesidades tumbada. En cuanto a la comida, Nala puede comer sola y siempre le dejamos cerca un bote con comida seca. Con el agua es más complicado, porque se acaba cayendo...".encima de las macetas y se moja, pero estamos haciendo pruebas con bebederos para gatos más pesados".

Por lo demás, una gata sin equilibrio como Nala tiene los mismos hábitos que cualquier mascota. Le gustan las bolsitas, le encanta dormir y tiene una cama sólo para ella. Laura explica que todo tiene que estar a ras de suelo, ya que no puede saltar y no tiene reflejos para caerse de pie. "Nalinha ha aprendido a adaptarse a su condición. Así que va sola a la alfombrilla higiénica, puede alimentarse sola y, si lo necesita, va al baño.También se las arregla -a su manera- para moverse por la casa buscándonos ¡Es muy lista!".

La acupuntura y la fisioterapia veterinaria han mejorado la calidad de vida de Nala

Aunque la hipoplasia cerebelosa en gatos no tiene cura, es posible invertir en tratamientos que garanticen el bienestar de los pacientes y mejoren su calidad de vida. La acupuntura veterinaria, así como las sesiones de fisioterapia animal, son grandes aliadas en estos momentos. Nala, por ejemplo, ha estado en tratamiento y los resultados han sido muy positivos. Esto es lo que nos cuenta su cuidadora: "Empezamos laHe notado que tiene más equilibrio, puede tumbarse sin inclinarse hacia un lado y a veces da unos pasos (unos 2 ó 3) antes de caerse. Antes del tratamiento no podía hacer nada de esto. Sólo tiene 8 meses, así que tengo muchas esperanzas de que mejore su calidad de vida".

Vivir con un gato discapacitado requiere algunos cambios en la rutina

Las mascotas con discapacidad pueden ser muy felices, pero cambian la vida del cuidador y necesitan un espacio totalmente adaptado a sus necesidades. "Adaptar la rutina para estar con Nala no es fácil, ya que no puede quedarse sola mucho tiempo, porque depende de nosotros para algunas cosas. Cuando necesito pasar horas fuera, cuento con mi madre o mi prometido para que se queden con ella. Dejarlacompletamente sola durante mucho tiempo no me hace sentir cómoda, porque no sé si podrá beber agua o si le dará la vuelta al orinal y se mojará del todo. No hay forma de saber si podrá alcanzar la alfombrilla del váter para hacer sus necesidades, o si acabará haciéndolo por el camino y ensuciándose".

Además de la dependencia del animal respecto a los dueños, también es importante pensar en situaciones como los viajes y los problemas de salud. "En su caso, una castración de gato no es sólo una castración, por ejemplo. Hay que pensarlo todo y adaptarlo teniendo en cuenta su particularidad neurológica, por eso siempre consulto con veterinarios".

A pesar de las dificultades del camino, adoptar un gato -discapacitado o no- da mucha alegría a toda la familia: "Aunque hago todo lo que está en mi mano para que tenga una gran calidad de vida, sigo preocupándome mucho por cómo hacérselo lo más fácil posible, para que, incluso con sus limitaciones y su forma de ser diferente y muy especial, Nalinha tenga la mejor vida posible".