¿Un gato con las orejas calientes significa que tiene fiebre?
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Entre achuchón y achuchón, notar a un gato con las orejas calientes puede ser motivo de preocupación para muchos propietarios. Al fin y al cabo, los humanos estamos acostumbrados a asociar la sensación de calor con la fiebre y, en consecuencia, con problemas de salud. Sin embargo, ¡con los felinos no es exactamente así! Lo que para usted es un síntoma de gato con fiebre, puede ser simplemente una característica natural de la especie.
Para entender mejor cuándo se considera normal que un gato tenga la oreja caliente y cuándo merece la pena acudir al veterinario, siga leyendo. A continuación, Patas en Casa repasa las principales causas de que un gato tenga la oreja caliente.
Las orejas de gato calientes no siempre son sinónimo de fiebre
A diferencia de la temperatura corporal normal de los humanos, que oscila entre 36,5 °C y 37 °C, la de los gatos se considera normal entre 38,1 °C y 39,2 °C. ¡Es decir, que su gato es naturalmente más caliente que usted! Así que antes de desesperarse cuando note que su gato tiene la oreja caliente, recuerde que se trata de una característica estándar de la especie.
Las orejas de gato calientes también sirven para regular la temperatura corporal
Los felinos tienen sus propias formas de regular su temperatura corporal en los días calurosos. Una de ellas puede demostrarse con una oreja de gato caliente. El cuerpo del gato aumenta el flujo sanguíneo a ciertas partes del cuerpo -incluidas las orejas, la nariz y las patas- para evitar el sobrecalentamiento. Por lo tanto, tenga en cuenta este factor cuando note a su gato con una oreja caliente.
Temperatura del oído: el gato caliente puede tener fiebre, pero ¿cómo identificarla?
No hay por qué desesperarse cuando notes que tu gato tiene el oído caliente, pero es importante que compruebes si hay algún síntoma inusual. La forma más precisa de saber si tu gato tiene fiebre es tomarle la temperatura con un termómetro rectal. Pero si ésta no es una posibilidad inmediata, también puedes fijarte en otros signos, como el vientre y las axilas calientes, la falta deapetito, vómitos del gato, diarrea, letargo y cambios de comportamiento.
Diversas afecciones pueden causar fiebre y oídos calientes, desde alergias al polvo, los insectos y los alimentos hasta infecciones como la otitis felina. Esta última se considera frecuente y suele asociarse a la presencia de ácaros en los oídos. Otras posibles causas de otitis son el exceso de cerumen, las lesiones y los objetos clavados en el oído.
Si sospechas que tu gato con las orejas calientes está enfermo o experimenta algún tipo de molestia, ponte en contacto con tu veterinario. Tras una valoración individualizada, el profesional podrá identificar lo que ocurre e iniciar el tratamiento más adecuado.
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